miércoles, 8 de diciembre de 2010

Soluciones públicas para resolver las externalidades


● La regulación

    El estado puede resolver una externalidad exigiendo o prohibiendo determinados conductas. Sin embargo, en la mayoría de los casos de contaminación la situación no es sencilla ya que a pesar de los objetivos declarados por los ecologistas, sería imposible prohibir todas las actividades contaminantes. Por lo tanto, en lugar de tratar de erradicar totalmente la contaminación, la sociedad tiene que medir los costes y los beneficios con el fin de decidir los tipos y las cantidades de contaminación que permitirá.

    Las regulaciones sobre el medio ambiente pueden adoptar muchas formas. Algunas veces, un organismo puede establecer el nivel máximo de contaminación que puede emitir una fábrica. Otra obliga a la empresa a adoptar una determinada tecnología para reducir las emisiones.
    En todos los casos, para elaborar buenas normas, los organismos públicos necesitan conocer los detalles de las industrias y las distintas tecnologías que estas podrían adoptar.


● Los impuestos pigouvianos

   El estado puede adoptar medidas basadas en el mercado para ajustar los incentivos privados y la eficiencia social. Los impuestos aprobados para corregir los efectos de las externalidades negativas se llaman impuestos pigouvianos, en honor al economista Pigou.

   La razón por la que los economistas prefieren el impuesto se halla en que reduce más eficientemente la contaminación ya que pone esencialmente un precio al derecho de contaminar.





● Los permisos transferibles de contaminación

    Para entender mejor esta solución vamos a poner un ejemplo: tenemos dos fábricas, una papelera y una acería. Según la regulación vigente solo pueden emitir cada una de ellas 300 toneladas de residuos al año. Un día las dos empresas acuden al organismo encargado de la protección del medio ambiente con una propuesta; la papelera reduce 100 toneladas de residuos para cederlas a la acería que aumentaría 100 toneladas de residuos a cambio de pagarle a esta 5 millones de euros. ¿Debe permitir este trato el organismo?

    Desde el punto de vista de la eficiencia económica, permitir el trato es una buena política y mejora el bienestar de los propietarios de las empresas ya que lo hacen de mutuo acuerdo. Además no produce ningún efecto externo, ya que la cantidad total de contaminación sigue siendo la misma. Por tanto, el bienestar social aumenta permitiendo a la papelera vender a la acería su derecho de contaminar.







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